Hay en mi tierra, o más bien en las costas de mi tierra un singular pez, al que en vez de aletas, tiene una especie de manos parecidas a las de un tlacuache. Los pescadores sostienen que poco antes de un huracán y durante éste, el pez sale del mar y trepa en las palmeras colindantes donde excavan, en la parte superior, un pequeño orificio donde beben una suerte de licor. La gente del lugar los llama “diablos de mar” porque el rostro de este extraño pez tiene un lejano pero inquietante parecido al de un humano. Los pescadores, me dicen, que el cuerpo de este animal –que no sobrepasa los 20 centímetros- es de color negruzco, de ojos con una pupila roja. En la parte correspondiente a la cabeza, en la parte superior, le crece una especie de cabello y el resto es como todo pez: cubierto de escamas. Tiene afilados dientes, en dos hileras, como los tiburones. Si llegan a morder aun pescador, éste muere indefectiblemente. Dada su constitución, ningún marinero se atreve a pescarlo pues consideran que es de mala suerte. Si acaso llegaran a atraparlo en la atarraya, lo sueltan inmediatamente, cuidándose de no ser mordido. Pero eso no ocurre con frecuencia, solo de vez en cuando, pues suponen que vive en los abismos oceánicos. Dicen que su mirada es diabólica por el color encendido de su pupila. Luego del huracán, el pez yace a veces debajo de la palmera completamente ebrio pero nadie se atreve a tocarlo. Después de un par de horas, mientras los hombres de dedican a reparar los daños ocasionados por el meteoro, el pez se despierta y se introduce nuevamente al mar aún proceloso. La gente de mar prefiere no hablar de este ser inenarrable. Por supuesto aún los biólogos marinos no lo han descubierto, por tanto no está catalogado y dudo que encuentren una nomenclatura para semejante ser. Hoy servicio meteorológico ha pronosticado un huracán. Es la gran oportunidad de encontrarme con este pez. Por lo pronto subiré con ayuda de cuerdas a la punta de una palmera y horadaré para probar el licor que mana para descubir la esencia de este animal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario