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Renato Galicia* 
 
Muere y vive el mezcal en Oaxaca: según el mezcólatra Ulises
  Torrentera, "fábricas como la Guillermo Prieto, recién inaugurada en el
  pueblo de Tlacolula con financiamiento de la empresa Femsa, la cual
  comercializa productos diversos para 215 millones de compradores en América
  Latina, hacen una bebida inaudita que traiciona" la cultura mezcalera y
  "engaña a los consumidores".
 A contracorriente de esta tendencia de industrialización y comercialización
  masiva para "vender por ven- der" una bebida que publicitan co- mo
  "mezcal", los maestros palenqueros tradicionales producen un licor
  original y natural excelso y selecto. A este tema ha vuelto una vez más
  Ulises Torrentera en su libro Breve guía del mezcal, el cual presentará
  mañana, a las 14 horas, en el marco de la expo Vive Oaxaca en Naucalpan, que
  se efectúa del 17 al 20 de junio en la explanada del palacio municipal de esa
  demarcación del Estado de México, donde los organizadores ambientarán una
  can- tina oaxaqueña y ofrecerán una saboreada de cortesía.
 
 En entrevista, Ulises Torrentera expone que su publicación "aporta
  nuevos datos relativos a la raíz de la palabra mezcal, obtenidos de forma
  reciente, que nos llevan a la conclusión que tiene mucho que ver con el origen
  del vocablo México", al tiempo que ofrece al lector una "síntesis
  esencial" de sus dos anteriores libros sobre el tema: Mezcalaria y
  Miscella Mezcalacea (ambos editados por El Farolito Ediciones).
 
 En la ciudad de Oaxaca, al escritor y periodista Ulises Torrentera se le
  reconoce intelectualmente como un mezcólatra; es decir, un especialista de la
  historia, ritos, procedimientos de elabo- ración y propiedades del mezcal,
  amén de que lo gusta y degusta. Por vocación se dedicó a la investigación y
  escritura de esta tradición que debería haber sido estudiada y difundida
  ampliamente en su dimensión real, la de la bebida original y natural, en el
  estado mezcalero por antonomasia, pero que por desgracia no ha sido así.
 
 -¿Cuál es la situación hoy del mezcal tradicional en Oaxaca?
 
 -Pese a que se han establecido muchas plantas o fábricas de mezcal que
  pretenden atender un mercado similar al del tequila, por ejemplo a través de
  cocteles con grados de alcohol-volu- men similares al de otros licores
  comerciales, los maestros mezcalilleros continúan perpetuando la tradición
  heredada generación tras generación; es decir, no obstante esa
  industrialización de la bebida (que implica la ruptura con la elaboración
  tradicional del mezcal adoptando tecnologías importadas), los mezcales
  originales perviven.
 
 El intento de extinción no es nuevo. Relata Torrentera: desde la época
  virreinal se pretendió extirpar al mezcal en todas las regiones de México,
  pero no se logró por la perseverancia de la tradición en los pueblos. En aquella
  época se buscó imponer, sin conseguirlo, el aguardiente venido de la
  metrópoli española. Luego, a principios del siglo XX, se intentó desaparecer
  los palenques porque supuestamente realizaban una competencia desleal a otras
  bebidas alcohólicas y porque no pagaban impuestos: no desparecieron, a pesar
  de que fue intensa la persecución. En tiempo reciente fue impuesta la Norma
  Oficial Mexicana del Mezcal 070, una copia de la del tequila que atenta
  contra la tradi- ción mezcalera de las comunidades oaxaqueñas, además de que
  se creó un con- sejo para la regularización de este licor y la acreditación
  de sus productores.
 
 Y sin embargo, aclara Ulises Torrentera, "el mezcal tradicional persiste
  y creo que persistirá porque quienes lo producen y consumen lo hacen por
  razones de tradición y resistencia cultural".
 
 -¿Qué tanto afecta a los palenqueros tradicionales la comercialización masiva
  del mezcal?
 
 -Los afecta porque los consumidores de esa bebida comercializada de forma
  masiva no conocen (y probablemente nunca conocerán) un auténtico mezcal. Hoy,
  los grandes productores, como una empresa recién inaugurada en Tlacolula
  llamada Guillermo Prieto, financiada por Femsa, elaboran un mezcal de una
  manera inaudita: por lo menos nunca cuecen el maguey, el proceso lo hacen en
  frío usando ácidos y otras sustancias químicas. Claro que el mezcal
  tradicional implica en sí una serie de procesos químicos para su elaboración,
  pero de ahí a llevarlos a extremos industriales que nada tienen que ver con
  el método tradicional me pa- rece que no sólo traiciona una forma cultural,
  sino engaña a los consumidores. Entiendo que existe un amplio espectro de
  nichos de mercado donde aquel tipo de empresarios busca colocar su producto,
  pero hacerlo de tal manera no sólo constituye una falta de ética sino también
  una ofensa al potencial degustador.
 
 De acuerdo con Ulises Torrentera, el problema de los mezcales tradicionales
  se encuentra justamente en su falta de difusión. Sin embargo, esfuerzos como
  el de Cornelio Pérez con su Logia de los Mezcólatras y el empuje de jóvenes
  herederos de palenques que quieren que su producto sea original y único, como
  Eduardo Ángeles Carreño en Santa Catarina Minas, Luis Méndez en Sola de Vega
  y el mismo Cornelio en Ejutla de Crespo, poco a poco, lentamente, llevarán a
  conocer destilados que, en realidad, son tipo gourmet.
 
 -Elaborar un mezcal tradicional es realmente costoso. Eso no lo saben los no
  conocedores y por eso piensan que es demasiado elevado su precio; mas al
  probarlo, al degustarlo, comprenden que aunque lo bueno cuesta, vale la pena.
  En la actualidad en la capital del estado se están abriendo mezcalarías: ahí
  está la del pintor Guillermo Olguín, Los Amantes, amén de que cada día
  restaurantes importantes agregan a su carta mezcales tradicionales. No puede
  ser de otra forma: el paladar de los oaxaqueños en ese sentido se ha
  robustecido e incrementado y, por lo mismo, cada día es más exigente.
 
 Como se ve, el mezcal muere y vive a la vez en Oaxaca.
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