lunes, 2 de enero de 2012

Apropiaciones de espacios públicos

Las formas de apropiación de espacios públicos y privados son infinitas. Ante una autoridad débil, las personas se aprovechan de la situación para beneficio propio en detrimento del interés colectivo. Cuando es la autoridad quien se apropia de un bien, se le llama expropiación, lo contrario sería un auténtico robo a la comuna. Lo interesante de todo ello es que tal usurpación se da delante de todo mundo. La apropiación también puede ser momentánea: como cuando el conductor estaciona su vehículo en lugares prohibidos o bien en doble fila. Los vendedores de jarcias y artesanías en el los mercados 20 de Noviembre y Benito Juárez colocan su mercadería fuera de sus establecimientos obstaculizando el paso peatonal. En nombre de la ecología, la Fundación Harp Helú sembró árboles a lo largo de la avenida Juárez lo que provoca que personas de la tercera edad que usan sillas de ruedas, o bien quien lleva niños en carreolas no puedan pasar. Lo más obvio y algo que hasta se ha convertido en “normal” es el caso de los puestos semifijos en prácticamente todo el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca. En vez de disminuir, se acrecienta en forma exponencial. Pretender caminar en el Centro Histórico es una aventura. Los turistas quedan sofocados ante tal espectáculo y las negociaciones que pagan impuestos, renta, servicios públicos (iluminación, tenencia, barrido, etcétera), Seguro Social, ven mermar sus utilidades frente a quienes pagan a sus líderes que a su vez reparten dineros a funcionarios municipales. Pero más allá de tal práctica, siempre denunciada y nunca solucionada por la autoridad municipal en turno, hay otros casos de apropiaciones que resultan sorprendentes y francamente escandalosas. Es el caso de los siguientes ejemplos: En la calle Los Pirus esquina calzada de La República, detrás del ADO, se encuentra una negociación que ha ocupado el jardín público como estacionamiento particular. Su propietario decidió modificar el espacio, construyendo rapas para acceso de vehículos. Con todo cinismo, colocó un anuncio para ofrecer el estacionamiento solo a sus clientes. Más abajo, sobre la misma calzada, esquina con la calle Refugio, se encuentra otra negociación que vende motocicletas. El propietario, diariamente, ocupa el jardín como exhibidor para su mercancía. En la avenida Independencia, en la bifurcación que se hace después de la calle Leandro Valle, un prestigioso médico legista y catalogado como uno de los cien sabios del mundo, instaló tubos y cadenas en la “cuchilla” frente a su casa, convirtiendo ese espacio peatonal en estacionamiento privado. El propietario del hotel El Marques del de Valle, siendo funcionario municipal decidió cercar el portal y dejarlo solo como espacio exclusivo de sus clientes. Por lo menos los otros establecimiento del mismo ramo y en los diferentes portales, permiten el paso de transeúntes. Hoy, en la ciudad de Oaxaca, cualquiera puede apropiarse de un espacio público.

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